Fujifilm democratiza (aún más) las cámaras de medio formato con su GFX 50S II a 4.000 euros

Fujifilm democratiza (aún más) las cámaras de medio formato con su GFX 50S II a 4.000 euros

La carrocería de formato medio más barata de la historia, la GFX 50S II es un impresionante reciclaje de tecnologías y mejoras técnicas a un precio que ataca de frente a los híbridos 24×36. Con un sensor mucho más grande.

Dos años después de la GFX 50R, Fujifilm sigue bajando el billete de entrada al mundo de las cámaras con sensores muy (muy) grandes, las de formato medio. El fabricante japonés acaba de anunciar el GFX 50S II, una carcasa que recicla tecnologías y componentes de dispositivos anteriores, que se situará en tan solo 4.000 euros (3.999 euros para ser exactos). O 600 euros menos que la GFX 50R y esto, siendo más eficiente.

De sus antecesores, la GFX 50S II conserva el sensor de 50 Mpix, con unas medidas de 43,8 x 32,9 mm. Un sensor que algunos calificarán de envejecido, pero cuyo rendimiento sigue siendo excelente desde el punto de vista de la calidad de imagen. Excelente significando, incluso varios años después de su lanzamiento, que es superior a la de las denominadas cajas “full format” (sensor 24×36 mm) de la competencia. La óptica también juega su papel en esta dominación, pero volveremos sobre esto.

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Gracias al X-Processor 4, heredado de la GFX 100S (y de los híbridos APS-C X-T3 y XT), un procesador más moderno y potente que el de la GFX 50S, la primera de su nombre, y la GFX 50R, el sensor es más eficiente en términos de enfoque. Sin colimadores de correlación en su superficie, este sensor se basa únicamente en la detección de contraste para hacer un balance. Aquí, la potencia adicional le permite ser mucho más eficiente en esta área: los algoritmos se han mejorado y se han vuelto más complejos. Debería quedar más bajo que un GFX 100S, cuyo sensor tiene colimadores, pero para haberlo tenido en la mano, el progreso es, sin embargo, apreciable.

Del GFX 100S precisamente, el GFX 50S II recupera el cuerpo de la caja de aleación de magnesio… y por tanto la estabilización mecánica del sensor. Una gran ventaja, especialmente para tomas nocturnas o en entornos difíciles (automóviles, barcos, etc.). Baste decir que los reporteros a los que les gustó el GFX 50R saltarán a esta caja que sigue siendo compacta y liviana para un sensor de tal tamaño (900 g con la batería).

La otra ventaja de la estabilización es Pixel Shifting. Disponible solo en un trípode, esta función permite que la cámara, mediante el movimiento mecánico del sensor, capture 16 imágenes RAW y las combine. Permitiendo explotar el nivel de detalle y la calidad de reproducción del color. Inutilizable sobre sujetos vivos o en movimiento, es sin embargo un arma de elección para las naturalezas muertas, ya que a la salida de la caja el fotógrafo se beneficia de una imagen máxima de 200 Mpix.

Este reciclaje de tecnologías junto con nada menos que 79 mejoras de software extraídas de todas las cámaras de la marca permite a Fujifilm ofrecer una cámara moderna a un costo menor. Puede así llegar a desafiar a los híbridos 24×36 de Sony, Panasonic, Canon y Nikon. Cuerpos que siguen siendo más ligeros, más compactos, más rápidos, más rápidos en AF, etc. Pero muchas veces menos definido, menos preciso en los colores y sobre todo con un renderizado mucho más “plano” que el de Fujifilm.

Porque la otra arma del medio formato, además del gran tamaño del propio sensor (plano focal de la imagen) y sus fotodiodos de 5,3 micras, es la óptica. Las joyas desarrolladas por Fujifilm son las focales fijas y los zooms cuyo poder de resolución se anuncia superior a los 100 Mpix (el sensor que equipa las GFX 100 y GX 100S). La forma, la nitidez y las transiciones de tal pareja sensor/óptica hacen que las imágenes que se producen sean, en muchos casos (retratos, detalles, etc.), más "reales" que las de las cámaras 24×36.

Para inaugurar este caso “más democrático”, Fujifilm aprovechó para lanzar un zoom “económico”, el GF 35-70 mm f/4.5-5.6 WR. Protegido contra la intemperie, como anuncia la mención WR (resistente a la intemperie), este pequeño zoom compacto equivale a un 28-55 mm. Capaz de enfocar hasta solo 35 cm (en gran angular), este zoom sacrifica el brillo por el peso y el precio. Pero sin nunca, según Fujifilm “sacrificando calidad de imagen”. Un zoom "diurno" que se lanzará a 999 euros, pero que los compradores de la GFX 50S II solo pagarán 500 euros.

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El GFX 50S II se lanzará a 3.999 euros cuerpo desnudo. La GFX 50S II en kit con el GF 35-70mm f/4.5-5.6 WR a 4.499 euros. Solo el GF 35-70mm f/4.5-5.6 WR costará 999 euros.

El estuche con o sin su óptica llegará a finales de septiembre. Óptica sólo a partir de finales de noviembre.

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Maria Luján

Me llamo Maria Luján y soy periodista de todo tipo de información

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